Hemos sido muchos los que hace unas semanas hemos podido disfrutar de las celebraciones en torno a la feria de Marzo. También son muchos los que mantienen en la memoria el recuerdo de esta celebración en el pasado más reciente, Sin embargo para la inmensa mayoría el pasado más remoto de esta fiesta, sus orígenes, su desarrollo y su importancia, es desconocido.
Desde estas líneas queremos acercarles la historia de la Feria de la Cuerda, y arrojar algo de luz sobre el pasado de esta fiesta recuperada tan recientemente.
Todo empieza tras la batalla de Las Navas de Tolosa en 1212, la Corona de Castilla incorpora los territorios que hoy conforman nuestra provincia a su reino.
La Orden de Calatrava participa activamente en la reconquista, es por ello que reciben por parte de la corona la Encomienda de repoblar las nuevas tierras con cristianos “viejos”.A cambio reciben la propiedad de la tierra y el derecho a administrarla. Del mismo modo se le hacen por parte de la corona una serie de concesiones.
En el caso de nuestra localidad, en 1259, se otorgan entre otras concesiones, la celebración de dos ferias, una por San Martín y otra por San Juan.
En el siglo XIII la celebración de la feria podía considerarse el acontecimiento más importante del año.
Las transacciones comerciales realizadas durante la feria estaban sujetas a un régimen fiscal distinto del habitual. Se permitía la libre circulación de animales y personas, se suprimían determinados impuestos especiales… todo ello con la finalidad de dinamizar el comercio.
A la feria acudían un gran número de comerciantes, no solo relacionados con la ganadería, sino todo aquel que tuviese algo que vender, o servicios que ofrecer, a estas ferias acudían artesanos de diversa índole, como plateros, ceramistas, orfebres… esto permitía a la población no sólo local sino de toda la comarca adquirir productos considerados de lujo, a los que habitualmente no se tenía un fácil acceso, así como proveerse de todo aquello que el mercado semanal no podía ofrecerles.
Las Ferias solían realizarse bajo la advocación de algún Santo, lo que suponía también unos días de asueto, de distracción y ruptura con la monotonía habitual ya que a las celebraciones religiosas se unían bailes, representaciones de teatro, juegos, concursos, etc…
La organización de la trashumancia por parte del Consejo de la Mesta, así como su desarrollo y toma de importancia están ligados al aumento de la importancia y el volumen de la feria de nuestra localidad.
Durante los siglos XIV, XV y XVI la cabaña ovina de nuestro país aumenta dada la gran calidad de la lana que se obtiene de la oveja merina y que es enviada a Flandes para la elaboración de paños. Este hecho unido a que por el municipio de Almodóvar del Campo transcurre una de las cuerdas en que se ramifica la vía pecuaria de la Cañada Real que llega hasta Sevilla, imprimen gran importancia a la feria de nuestra localidad, convirtiéndose en una de las mas importantes del sur de la península, solo superada por aquellas que, como la de Medina del Campo, tenían proyección internacional.
Del nombre de esta vía pecuaria menor recibe el nombre de Feria de la Cuerda esta festividad.
En el siglo XVII asistimos al nacimiento de las manufacturas de paños. Iniciativas que pretenden elaborar paños de calidad dentro de la propia península, para evitar la exportación de la lana y así el encarecimiento de los paños una vez elaborados. Se conocen varios casos de manufacturas en el Valle de Alcudia que no lograrán unos paños comparables a los paños de Flandes pero que servirán para abastecer el pequeño mercado comarcal. La importancia de estas manufacturas es muy limitada, y desaparecerán a la vez que lo haga el peso de la ganadería en la balanza económica del país.
A lo largo del siglo SVIII, y aunque el Consejo de la Mesta continuará existiendo hasta 1836, su decadencia es ya un hecho constatado.
Sin el amparo de la Mesta, y debido a la presión demográfica, la ganadería pierde su supremacía sobre la agricultura y nuestra comarca comienza a roturarse de forma sistemática para emplear las tierras en la agricultura en lugar de cómo pastos para ganado.
De esta forma la feria de ganado disminuye notablemente su volumen, aunque se conserva como la más importante de la comarca, sobre todo por ser la primera en celebrarse.
El siglo XIX no hace sino constatar la perdida del papel predominante de la feria en el ámbito económico. La fiesta adquiere un carácter cada vez más lúdico y menos relacionado con la ganadería, de forma proporcional a la perdida de importancia de la ganadería en la economía local de esta forma la feria, en lo concerniente a la ganadería se transforma en una muestra de ganado.
Se siguen produciendo un gran número de transacciones comerciales en relación con el ganado pero ni en número ni en volumen parecido a los que se contaban en los siglos de apogeo.
Hacia la mitad del siglo XX la feria ya ha perdido totalmente el sentido por el que se celebraba, es decir, su carácter de feria ganadera.
Existen nuevas formas de compra y venta de animales, y la fiesta queda relegada a un segundo plano en favor de las Ferias y Fiestas de Septiembre, que gracias a sus tradicionales encierros tienen una mayor popularidad y participación.
Desconocemos con exactitud en que año desaparece definitivamente la celebración de la feria, pues aún se conservarán durante algunos años ciertas celebraciones en torno a esta fecha, probablemente sea la década de los 70 la que vea desaparecer la celebración de la fiesta definitivamente.
Como señalábamos al principio de estas notas, recientemente, y de la mano de la Asociación de Amigos de la Historia de Almodóvar del Campo, se ha recuperado la celebración de la feria, que pese a los años de ausencia, había permanecido en la memoria colectiva de la localidad.
Se le ha impreso un carácter dinámico y atractivo, y ha contado con la participación de un elevado número de asistentes, por lo que no nos queda más que esperar que esta feria haya vuelto para quedarse.
Pincha aquí para descargar la presentación «Feria de Marzo. Origen y desarrollo de la Feria de Cuerda» elaborada por Elisabeth Acero Morales.
Escrito por Elisabeth Acero Morales
