El siglo XVI, una época de profundos cambios  en el que vivió San Juan de ÁvilaCon motivo del doctorado de San Juan de Ávila se ha escrito mucho respecto a su persona, sobre su vida y su labor evangelizadora. Sin embargo, a menudo olvidamos el contexto histórico en el que vivió San Juan de Ávila.

A lo largo de las líneas que siguen, queremos conectar, aunque solo sea a grandes rasgos, la figura de tan ilustre personaje con los hechos y personajes más importantes del mundo en el que le tocó vivir.

San Juan de Ávila nace en el año 1500, da la bienvenida al siglo XVI, un siglo de profundos cambios, tanto en el ámbito político, como el económico, pero sobre todo, en el aspecto religioso.

En una vista general, se trata del siglo del renacimiento cultural, de figuras como Miguel Ángel y de su obra cumbre, su Capilla Sixtina, de los grandes descubrimientos en el continente americano; es el siglo de Cortés y de Pizarro, el siglo del imperialismo de Carlos V y de la supremacía de los Reinos de España en el mundo.

Se trata del siglo de la reforma de Lutero y Calvino, del cisma de la iglesia Anglicana y del contrareformismo católico, del auge de la Inquisición y de la labor renovadora del Concilio de Trento.

En lo que se refiere a la ampliación del territorio de ultramar, Castilla y Portugal van a pujar por hacerse con la mayor parte de los territorios a descubrir en el nuevo continente. Esta pugna se resolverá a favor de Castilla, que a lo largo del siglo se hizo con el control de México y Perú.

La conquista de México por parte de Hernán Cortes y sus colaboradores se produce durante la segunda década del siglo XVI, estableciéndose definitivamente el virreinato de la nueva España, ya a la altura de 1525. Es aquí donde pretendió dirigirse nuestro patrón, para evangelizar las nuevas tierras, aunque finalmente este viaje no llegó realizarse.

La conquista de Perú correrá a cuenta de Francisco Pizarro y finalizara en torno a 1572.

También cabe destacar que en 1521 se descubre el Amazonas y un año después Juan Sebastian El Cano consigue la primera circunnavegación completa del mundo.

La situación política en Europa viene determinada por el intento de consolidación de los estados nacionales.

Carlos I de España y V de Alemania es el soberano que concentra bajo su mano el mayor poder y la idea imperialista, que fracasa finalmente para abrir paso a una concepción del poder, dentro del marco de las monarquías nacionales y los pequeños estados, de los príncipes.

Los conflictos europeos tendrán que ver, por un lado, con la defensa de las fronteras frente al imperio Otomano, empresa que desarrollará principalmente Carlos V, y las guerras de religión, generadas por los diferentes cismas dentro de la iglesia católica como pueden ser, la ruptura de la Inglaterra de Enrique VIII y la creación de la Iglesia Anglicana; o la adopción por parte de diferentes príncipes europeos y sus estados de las tesis reformistas de Lutero, entre otros.

Podemos decir que la Reforma y Contrareforma de la Iglesia Católica suponen uno de los hitos del siglo, probablemente el más importante.

Lutero es la figura mas destacable del contexto reformista, y dentro de su obra las 95 tesis sobre las indulgencias, en las que critica abiertamente la falta moral de la iglesia y del clero, los intereses poco legítimos en cuanto a las riquezas y la falta de espiritualidad. Promueve el sacerdocio universal de todos los bautizados y la redención por la fe. Estas tesis le valen la excomunión en 1521 y, para entonces, varios príncipes europeos y con ellos sus estados se han unido a la reforma.

Es el fin de la unidad espiritual del mundo Europeo y el inicio de las guerras de religión.

La iglesia Católica por su parte, movida sin duda por la presión creada por la reforma, convoca El concilio de Trento, en un intento de detallar los males del catolicismo y plantear una propuesta de carácter disciplinar y moral.

San Juan de Ávila escribirá para el obispo de Granada los memoriales al Concilio de Trento, y es que el clero español jugará un papel importante en el desarrollo del Concilio que, a su conclusión, definirá unas pautas comunes para el ejercicio del sacerdocio y la práctica de la fe, como la creación de escuelas y seminarios que tanto había defendido San Juan de Ávila dentro del territorio Peninsular.

En el ámbito de la cultura, el Siglo XVI es el siglo del Renacimiento.

La inmensa mayoría del mundo occidental abre sus brazos al humanismo, una nueva forma de pensamiento, en la que el hombre pasa a ser el centro del universo, y la razón se convierte en la impulsora de sus estudios e investigaciones.

El Renacimiento fue una época de cambios que afectó a la técnica, considerada como una actividad digna de ser estudiada por los humanistas. Iniciadas en Italia en el siglo anterior, las innovaciones técnicas pasaron a los distintos países del Occidente europeo, gracias a la difusión del pensamiento por los manuscritos y por la imprenta. El científico, médico o naturalista vio en la técnica el apoyo a su trabajo.

Como señalábamos en el inicio, el siglo XVI es el siglo de grandes personajes como, Miguel Ángel, o Durero, del Bosco, de Tizziano y en España de los inicios del Greco.

En el campo de la Literatura, Maquiavelo escribía El Príncipe, tratado de teoría política sobre el papel de los príncipes y su poder sobre el estado. Thomas Moro, escribe Uthopía, una obra cumbre en la que se describe la republica y el gobierno ideal y, dentro de nuestras fronteras, aparece, por ejemplo, el Lazarillo de Tormes.

El siglo XVI es la antesala del siglo de Oro de la literatura española, sus figuras principales comienzan a destacarse ya a finales de este siglo.

En concreto, destacan en relación con San Juan de Ávila figuras claves y de la talla de San Juan de la Cruz, de Santa Teresa de Jesús o San Ignacio de Loyola, entre otros insignes y máximos exponentes de la escuela ascética o mística española, y que encontrarán en el doctor de la iglesia Universal, Maestro Juan de Ávila, una fuente de inspiración y de ejemplo constante.

 

Escrito por Elisabeth Acero Morales